Pensamiento

 

 

"Lo nuevo es nuevo cuando es inesperado" 

Octavio Paz.

 

La arquitectura es la introducción de valores culturales de civilización y sensibilidad en lo construído: el significado de lo construído con respecto a nuestra sociedad y nuestro tiempo, su reconocimiento como parte integrante de la misma. Por ello, para nosotros la arquitectura es una herramienta de opinión, de reflexión respecto de la problemática a tratar; pues desconfiamos de toda fórmula que se autoproclame como única respuesta posible a los requerimientos de un momento histórico. 

En ese sentido, las obras que producimos intentan expresar a través de la síntesis un pensamiento, como instrumento que tiene la propiedad de promover una mirada distinta sobre la realidad, una mirada despojada, abstracta, optando cuando consideramos necesario, por la omisión, la reducción y la simplificación como reacción al exceso de signos y a la mezcla de lenguajes relacionados con la crisis del crecimiento y consumo. Afirmamos que el pensamiento es el proyecto en sí mismo, en tanto la acción es la construcción. 

Nuestro interés, también, reside en generar proyectos flexibles, adaptables a una época de cambios constantes. Sostenemos que ser contemporáneos no significa estar a la moda ni estar atrapados en "ismos" del mercado ni falsas vanguardias sometidas al ritmo frenético de una actualidad que lanza fugaces destellos sobre el mundo, suscitando imágenes instantáneas que se desvanecen antes que podamos atraparlas. Por el contrario, como ya enunciamos, nuestros proyectos se basan en la búsqueda de una nueva simplicidad y una mayor insistencia en las ideas más esenciales producto de ser reflexivos en la interpretación del programa y el lugar, analíticos en la elección de la materialidad, precisos en el empleo racional de la tecnología; sensibles en el manejo de la luz, críticos con la realidad socio-económica. 

 

El lugar

La arquitectura es la construcción de un lugar para el hombre. Según Aristóteles "el lugar no es simplemente algo, sino algo que ejerce cierta influencia, es decir, que afecta al cuerpo que está en él"; así tomamos conociemiento que el sitio genera presiones sobre el proyecto. Nuestra obra no se mimetiza con las directrices del lugar sino que pretende interpretarlo y conectarse con él, careciendo de sentido fuera del entorno donde se inserta. Para fortalecer esta relación unívoca entre proyecto-lugar consideramos que la obra ha de poseer la propiedad de la transparencia, es decir, ha de lograr que la mirada del espectador no se detenga en ella sino que la atraviese, llevando esa mirada mas allá del límite físico definido por la propia obra. La transparencia así entendida no solo se opone a la opacidad y la impenetrabilidad, sino también al exceso de forma y a la retórica del significado, o sea, a todo aquello que tienda a confundir el logro de la dimensión cristalina, abierta y luminosa que constituye el requisito básico de la contemplación del paisaje. 

El lenguaje

Las obras que concebimos son lo que resultan ser por un riguroso proceso de definición conceptual y no por una prefiguración estética que la convalide o invalide. Nos preocupa entender el sentido profundo de los componentes del mundo contemporáneo dejando al margen la contingencia sensitiva y subjetiva de lo concreto, para alcanzar una visión más objetiva y universal de la realidad. 

Pero somos escépticos respecto a la existencia de un único espíritu de la época capaz de dictar unívocamente el lenguaje arquitectónico que debe representarla. Sí confiamos en la austeridad como mecanismo de control de los recursos formales y tecnológicos para alcanzar un lenguaje ausente de sobre adjetivación, ante una cultura mediática, inmersa en el ruido de la información y de los acontecimientos, a la que para hacerse oír, no le cabe otro recurso que gritar aún con más fuerza. 

La escala

Al momento de proyectar, creemos que es fundamental concentrarnos en la escala por ser la relación entre el todo y las partes del Universo, y el hombre; en definitiva por ser el instrumento que operando con las medidas como simples datos genéricos de abstracción matemática de las dimensiones de las cosas, transforma lo cuantitativo en una definición cualitativa del espacio. 

La estructura

La capacidad de transformación en el tiempo de una obra para adaptarse a los cambios de programas nos condiciona a pensar la estructura desde una misma condición de partida de nuestros proyectos. Y si bien esta necesidad de mutación de toda obra, de variar la organización del espacio, de correr sus límites, la mayoría de las ocaciones, nos ha llevado a adoptar un sistema de estructura independiente, ésta no se agota en su capacidad portante. Nuestro concepto va más allá, pensamos que es un organismo capaz de dar unidad a la multiplicidad de elementos que intervienen en un proyecto. Más que suponer una limitación al proyecto, la estructura es el argumento del mismo y con ella construímos el espacio de nuestra arquitectura. Por todo ello, consideramos a la estructura como parte de la idea arquitectónica, una idea de la razón. 

El material

Los materiales son posibilidades de expresión y están indisolublemente ligados a la lógica de la obra y por ende a la propia génesis del proyecto. Aspiramos a un uso genuino de los mismos, por lo cual, somos entusiastas en trabajar con la expresividad del material al desnudo, tratando de aprovechar sus cualidades y en algunos casos tensionando al máximo sus capacidades. Para nosotros la técnica es el modo en que usamos los materiales, mientras que la historia es la fuente de conocimiento para actuar. 

La luz

La luz natural también es un material; material intangible con el que construímos el espacio. Interpretamos que es un material verdaderamente importante para proyectar; lo es tanto, que se puede decir que sin luz el espacio pleno de arquitectura no existiría en nuestras obras. Sin embargo, de análisis de la incidencia del sol, se desprende que mientras los espacios en el hemisferio norte, más precisamente en latitudes altas se construye con luz, en el hemisferio sur se construye con sombra. Así la sombra es también un material que construye el espacio perceptivo arquitectónico. Nuestros proyectos intentan mezclar la sombra y el brillo al incorporar espacios a los que damos en llamar " intermedios", pues no pertenecen al mundo interior ni al mundo exterior, están en la transición del ambos, son espacios semicubiertos que regulan el paso de la luz a la sombra.